La Docena Sucia
La literatura deja constancia de que en las personas con un trastorno alimentario repercute a distintos niveles de la imagen corporal; las manifestaciones pueden considerarse tanto a nivel perceptual, conductual y cognitivo.
Es precisamente en este último nivel donde Cash (1987) diserta sobre la particularidad de las distorsiones cognitivas en relación con la apariencia corporal que se constatan en la llamada Docena Sucia.
La bella o la bestia
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Pensamiento dicotómico
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El ideal irreal
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Uso del ideal social como un estándar de apariencia
aceptable
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La comparación injusta
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Comparación selectiva con los más cercanos al
ideal
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La lupa
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Selección selectiva de las propias particularidades
negativas
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La mente ciega
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Complementaria a “La lupa”; minimiza
aspectos personales positivos
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La fealdad radiante
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Concatenación de crítica de aspectos propios
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El juego de la culpa
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Atribución de cualquier fallo a la
apariencia
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La mente que lee mal
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Atribución de la conducta de los demás a algún
fallo en el aspecto corporal
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La desgracia reveladora
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Atribución de desgracias futuras a la
apariencia
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La belleza limitadora
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Poner limitación y condiciones a la toma de
decisiones
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Sentirse fea
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Convertir un sentimiento personal en una verdad
universal
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Reflejo del malhumor
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Preocupación causada por cualquier acontecimiento
al propio cuerpo
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Importante tener en cuenta que la propuesta de Cash se añade a la extensamente aceptada en relación con las distorsiones cognitivas entorno la comida que presentan las personas con un trastorno de la conducta alimentaria (catastrofismo, pensamiento dicotómico, abstracción selectiva, inferencia arbitraria).
Lecturas recomendadas:
- BRUCH, H. (2001). La jaula dorada: el enigma de la anorexia nerviosa. Paidós.
- RAICH, R. (1995): Anorexia y bulimia: trastornos alimentarios. Madrid. Ed. Pirámide.