O la excesiva necesidad del clínico de curar a su paciente, eliminar síntomas. Se establece una dialéctica cruzada entre Freud y Lacan para poder acercarnos a la exaltación narcisista del clínico para con el paciente.
Entendemos y nos quedan claros los niveles de prevención a los que podemos acogernos (prevención primaria, secundaria y terciaria). De forma exponencial la prevención cuaternaria está esbozando nuevos capítulos y construyendo horizontes. La iatrogenia de la intervención terapéutica empieza a considerarse un constructo con entidad teórica, la prevención cuaternaria focaliza la atención en este punto: el promover acciones que minimicen y/o eliminen la iatrogenia de la intervención clínica en el paciente.
Parece no demasiado arriesgado considerar como el furor curandis podría participar y precipitar esta “negligencia cuaternaria”; quizás se plantea una cuestión de dosis y de desregulación de recursos. Está claro que esta cuestión puede extrapolarse a cualquier tipo de intervención, incluyendo la mía, la psicoterapia.
Lecturas recomendadas:
- Rubistein, Adriana M., Naparstek, Fabián A., & Bachmann, Ruth M.. (2006). La perspectiva freudiana de la eficacia del análisis. Anuario de investigaciones, 13, 93-101.
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