Motivo de consulta vs Demanda
En la intervención asistencial entre profesional y paciente, la causa que ha estimulado al paciente a solicitar la visita se contempla como el motivo de consulta (Martinez, 2006). De hecho, se acepta que el motivo de consulta puede tener que ver con la clínica objetivable (interpretación que el paciente hace de su malestar, la dimensión manifiesta) pero también con una inquietud subjetiva que el paciente no sepa o atreva a manifestar (la percepción subjetiva, la dimensión latente).
¿Dónde reside la distinción entre motivo de consulta con respecto a la demanda? En tanto que el motivo de consulta podría limitarse a la descripción de un conjunto de signos, síntomas o problemas de naturaleza objetiva, la demanda acontece a la transitividad, supone la expresión de un deseo. En psicología, el motivo de consulta debe poderse reformular en otra expresión que sea practicable, es decir, en una demanda (Tizon, 1992; Cervilla, 1999; citados en Villegas, 1996).
La demanda viene formulada mediante un discurso en términos acuñados por el paciente e incluso, a menudo, no pragmáticamente apropiados; en la mayoría de los casos se hace necesaria una reformulación (Villegas, 1996). La demanda sugiere la petición explícita de ayuda por parte del paciente. Para algunos autores (Carli, 1990; citado en Villegas, 1996) el análisis de la demanda se convierte en el núcleo central de trabajo; para otros autores (Villegas, 1996) el análisis de la demanda constituye el análisis preliminar para la psicoterapia.
La demanda permite trazar los límites de la intervención y, paralelamente, empezar a elaborar sobre el imaginario del paciente y las expectativas. Ahora bien, requisito indispensable el cumplimiento de ciertas condiciones para poder discurrir en el acuerdo tácito entre profesional y paciente: predisposición y apertura por parte del paciente, así como voluntad de cambio / motivación, y actitud colaborativa por par ambas partes.
Llegados a este punto, necesario percatarnos como terapeutas de la voluntad para el cambio del paciente con respecto de la propia. A menudo, actuamos la intervención desde la proyección de un “posible cambio” que quizás ni el paciente ha llegado a considerar.
Referencias:
- Martínez, P. (2006) Del motivo de consulta a la demanda en psicología. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, XXVI(97); 53-69.
- Villegas, M. (1996) El análisis de la demanda. Una dobles perspectiva, social y pragmática. Rev. de psicoterapia,VII(26-27); 25-78.
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